Me llamo Sonia y soy una chica de barrio, de infancia en la calle y veranos en el pueblo.
Viajo en furgoneta con mi pareja, sin rumbo fijo descubriendo ciudades y rincones.
Cuando estoy en la furgo soy consciente de lo poco que necesito, pero al volver a casa y retomar mi rutina me doy cuenta de lo fácil que es caer en la rueda del consumismo. Poco a poco he ido adquiriendo hábitos más sostenibles intentando mantener un estilo de vida más minimalista.
Soy de rutinas matinales: mi agua con limón, yoga y un poco de meditación. Voy al trabajo andando o en bici. Como de todo pero la comida vegetariana me vuelve loca. Adoro el sol y viviría en una isla. Por ello me aterra ver cómo el plástico está invadiendo nuestras playas y océanos y opino que está en nuestras manos que esto no suceda.
Creo en las leyes universales, la vibración, la positividad, la actitud, en las sinergias y en las causalidades.